¡ B Ú S C A M E !

Si acaso no me encontraras
en las cenizas y el humo
del cigarrillo que enciendes
en tus momentos de agobio.

Si no estoy en tus recuerdos
ni en tu sueño maduro,
si no estoy en todas partes,
si soy tenue cual silencio.

Recuerda por un momento
que siempre estaré contigo
cada instante de tu vida,
cada lamento perdido.

Te seguiré como sombra,
me embriagaré con tu aliento,
conoceré tus secretos
y beberé de tu aroma.

Por eso, si no me encuentras
aunque a tu lado me ampare
con seguridad te digo:
¡es por que no me has buscado!

NO SOY

Yo no soy el que anhelan tus quimeras
ni el príncipe encantado de tus sueños,
yo no soy esplendor de primaveras
ni el que ha de responder a tus empeños.

No soy la luz que inundará tu vida
ni el perfume de tus fragantes rosas
soy apenas nostalgia y fe perdida,
soy apenas jirón de tantas cosas.

Pero quiero que sepas, sin embargo,
que sin ser el que añoran tus desvelos
algo puedo decir en mi descargo:
Si no soy tu Romeo ni me parezco,
ni te imagines que me asalten celos
porque sé que al final, ¡no te merezco!

TRISTE ESTOY!

Languidecen los sueños
en pesadas cadenas,
son suspiros alados
que carecen de esencia,
silogismos perdidos
en un mar de silencio;

Son los brazos abiertos,
la sonrisa sin rostro,
y unos labios sin besos,
pesadillas de orugas
sedientas del aplauso,
como el payaso triste
que llevamos por dentro.

BUSQUEDA

¿Dónde puedo buscar
lo que no encuentro
cuando suelo encontrar lo que no busco?

Aveces, como un tronco de árbol,
pálido y envejecido,
no mueves las ramas, te secas,
un color grisáceo te invade.

Se ocultan tus follajes, caen
tus flores sobre el cementerio,
pareces mariposa muerta
o mosca sobre el basurero.

A veces, como cenicienta
te esclavizas en tu rutina,
en tu extremada importancia
por el orden y la limpieza.

Se va tu mente y divaga
en mundos alejados, fríos,
muertos, torturados, malditos.
Te hipnotizas y trasmutas.

Amor, dame tu mano, a veces,
cuando te sientes que no vuelves,
que no respiras, que no puedes¡
Abrázame fuerte, amor, vuelve!

Autor: Pablo Cerda

FUERTE COMO UN ROBLE

Me sorprendo de la vida! Tengo a Dios en mi alma, y recién lo sé.

Soy como esos árboles que no pueden ver sus majestuosas raíces pero que disfrutan tanto del sol, de la frescura de la lluvia, del alivio del viento y de todos los seres que visitan mi atención.

Y al ver que el tiempo transcurre como un gigantesco elefante jalando la cortina del día y de la noche, me siento tan especial, tan libre! Y aunque no pueda ver mis raíces, puedo sentirme feliz cuando la tierra alimenta mi ser por completo y los bichos empiezan a rasgar mis atavíos.

¡Dios, soy tan feliz hoy! ... que puedo dejarme aplastar por los pesados pasos del tiempo…

¡Y al mismo tiempo, viajar libre!... como esas hojas que se van arrastrando por las sutiles fuerzas del viento...

ESTOY CANSADO

... hoy sólo hastío, el cual mañana será destituido por la alegría del renacer de la esperanza;
de los amores contrariados, esperanzados en otra añoranza más, vertedera de pasiones y sentimientos desenfundados, por la realidad utópica del destino común...

MORIMOS...

Mi sombra me dijo un dia mientras dormía. "¿Qué haré cuando te vayas...no me gusta la soledad?"

Entonces al despertar, agregué a mi testamento una posdata: PD...cuando yo muera, quiero que cierren el ataud a la caida del sol. Es la hora en que las sombras son una con su dueño. No podría dejarla sola. Se moriría".