Aveces, como un tronco de árbol,
pálido y envejecido,
no mueves las ramas, te secas,
un color grisáceo te invade.
Se ocultan tus follajes, caen
tus flores sobre el cementerio,
pareces mariposa muerta
o mosca sobre el basurero.
A veces, como cenicienta
te esclavizas en tu rutina,
en tu extremada importancia
por el orden y la limpieza.
Se va tu mente y divaga
en mundos alejados, fríos,
muertos, torturados, malditos.
Te hipnotizas y trasmutas.
Amor, dame tu mano, a veces,
cuando te sientes que no vuelves,
que no respiras, que no puedes¡
Abrázame fuerte, amor, vuelve!
Autor: Pablo Cerda
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