FUERTE COMO UN ROBLE
Me sorprendo de la vida! Tengo a Dios en mi alma, y recién lo sé.
Soy como esos árboles que no pueden ver sus majestuosas raíces pero que disfrutan tanto del sol, de la frescura de la lluvia, del alivio del viento y de todos los seres que visitan mi atención.
Y al ver que el tiempo transcurre como un gigantesco elefante jalando la cortina del día y de la noche, me siento tan especial, tan libre! Y aunque no pueda ver mis raíces, puedo sentirme feliz cuando la tierra alimenta mi ser por completo y los bichos empiezan a rasgar mis atavíos.
¡Dios, soy tan feliz hoy! ... que puedo dejarme aplastar por los pesados pasos del tiempo…
¡Y al mismo tiempo, viajar libre!... como esas hojas que se van arrastrando por las sutiles fuerzas del viento...
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